Gabriela Calderon

Un blog para discutir eventos politicos y economicos desde un punto de vista liberal. A blog for the discussion of political and economic events from a classical liberal point of view.

Tuesday, July 31, 2007

La escasez y el socialismo del siglo XXI

Guayaquil, Ecuador— Ante la subida de precio del tomate, la leche, el arroz, entre otros productos básicos el Ministro de Agricultura, Carlos Vallejo, dijo que los vendedores han subido los precios “Por prepotencia y por deseos de fastidiar al gobierno”1. Por otro lado, el gobierno culpa a la prensa de intensificar el alza de precios por “reportar excesivamente la subida de precios”2 (no olviden que la semana anterior el gobierno acusó a la prensa de montar esa enorme y tan real producción cinematográfica conocida como “No hay gas”).

El Ministro Vallejo se lamentó de no poder controlar el alza porque “hace 15 años se quitó al país la ley de control de precios y calidad por parte de los amantes del libre mercado”3. Y es así como el gobierno del Socialismo del Siglo XXI quiere regresar al siglo pasado con los controles de precios. Enrique Ampuero, quien en los 70s fue director del Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (INIAP), me contó que en esa época de los controles de precio lo que resultó fue la escasez de varios productos agrícolas.4 Ampuero explica que:
“Tanto en la agricultura como en cualquier otra actividad…el individuo está atento a señales que le envía el mercado referente a la abundancia o escasez de los bienes o productos. Estas señales están representadas por los precios de los productos agrícolas”.5

La prensa ayuda a difundir la información que transportan los precios. Si la ama de casa pensaba hacer un arroz con pollo para la cena, al escuchar la noticia de que el arroz subió probablemente decidió comprar papas y hacer un locro. Y el productor de papas probablemente ahora piensa que es mejor negocio sembrar arroz. “La característica del precio del mercado es que suele equilibrar a la oferta y la demanda” decía el economista austriaco Ludwig von Mises.

La experiencia de Alemania luego de la Segunda Guerra Mundial respalda esta simple teoría. Para 1948 la economía alemana había experimentado 12 años de controles de precios bajo el gobierno Nazi y luego bajo la ocupación de los aliados y esto había resultado en una escasez severa de alimentos. Pero en junio de 1948, el General Lucius D. Clay decidió, siguiendo el consejo de Ludwig Erhard, eliminar todos los controles de precios. Esa reforma, junto con una reforma monetaria, logró que seis meses después la producción industrial se haya aumentado por un 50% y ayudó a que se de el milagro alemán. La escasez se acabó.6 (El Plan Marshall tuvo poco que ver con el milagro puesto que los fondos recibidos por Alemania de este programa eran superados por los pagos de reparación que Alemania hizo al mismo tiempo).7

Los controles de precio siempre resultan en escasez, mercados negros y contrabando. Lo sabemos no solamente por la experiencia de Alemania sino también por nuestra propia experiencia.

Sin embargo, no importa que estemos viviendo las consecuencias del control de precio del gas, o, que en Venezuela, luego de más de tres años de precios decretados por el gobierno, el huevo, el pollo, el papel higiénico y la carne se hayan convertido en extravagancias.8 Ahora, con el gobierno ecuatoriano
socialista del siglo XXI, podemos sentirnos seguros de que aquí pan no va a faltar, y si llegamos a ver imágenes de perchas vacías, podremos leer en la página oficial de la presidencia que esas son imágenes montadas por la prensa.

Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 24 de julio de 2007.

Referencias:

1. “Gobierno asegura que la subida de precios es para fastidiarlos”. El Universo. 17 de Julio de 2007. Disponible en: http://www.eluniverso.com/2007/07/17/0001/9/5A16D9BABA6542ACA32D3E50BF81D08C.aspx.

2. Gobernador Camilo Samán en programa de Radio Rumba “El Cuarto Poder”. 17 de Julio de 2007.

3. Ibid., “Gobierno asegura que la subida de precios es para fastidiarlos”.

4.Entrevista en persona. Contacto del Dr. Enrique Ampuero es 288-1011.

5. Ampuero, Enrique. “Distorsión de los incentivos en la agricultura ecuatoriana”. Ideas de Libertad No. 25. Instituto Ecuatoriano de Economía Política. 1996.

6. Henderson, David. “The German Economic ‘Miracle’”. The Concise Encyclopedia of Economics. Disponible en: http://www.econlib.org/library/Enc/GermanEconomicMiracle.html.

7. Cowen, Tyler. “The Marshall Plan: Myths and Realities” en Bandow, Doug U.S. Aid to the Developing World. Heritage Foundation. 1985, p. 61-74.

8. O’Grady, Mary Anastasia. “Un circo sin pan”. Wall Street Journal. 21 de mayo de 2007. Disponible en: http://www.elcato.org/node/2506 y también de Ayala, Luis Fernando en Carta Económica Año 13, Julio 2007 No. 6. CORDES. Disponible en: http://www.cordes.org/descargar/ac-07-07.pdf.

Tuesday, July 17, 2007

La constitucion como reflejo del poder

Guayaquil, Ecuador— Una constitución que imponga un modelo económico de planificación central y un excesivo presidencialismo como la que propone el actual gobierno1, no puede representarnos a todos los ecuatorianos. Querer imponer la “economía solidaria de mercado” (léase el Socialismo del Siglo XXI) en la nueva constitución va a resultar en que esa constitución y la patria ya no sea de todos, sino solo de los políticos de turno y sus amigos.

Es necesario comenzar por desmentir al gobierno cuando dice que la constitución actual impone un modelo económico “neoliberal”. Nada más apartado de la verdad cuando, por ejemplo, este documento le pone limitaciones a la propiedad privada y el subsuelo (petróleo) es propiedad del estado y no de los individuos dueños de la superficie. Además que esa constitución ha permitido que Ecuador sea uno de los países con las economías más cerradas del mundo ubicándose en la posición 95 de 130 de acuerdo al Índice de Libertad Económica del Fraser Institute y el Cato Institute.(2)

El problema tradicional con las constituciones latinoamericanas ha sido que estas han reflejado el poder en lugar de limitarlo. También han sido demasiado reglamentarias en vez de consistir solamente de principios básicos de convivencia. Por ejemplo, que la gran mayoría de las personas no maten a otras no se debe tanto a que haya una ley que prohíba el asesinato, sino más a que hay un acuerdo general (implícito) en nuestra sociedad de que el asesinato es malo.

Con pocas excepciones nuestras constituciones han sucedido a golpes de estado y han sido simples manifiestos. Octavio Paz decía en su Laberinto de la Soledad que aunque en las constituciones latinoamericanas se copiaron las ideas de la independencia de EE.UU. “los grupos que encabezaron el movimiento de Independencia no constituían nuevas fuerzas sociales, sino la prolongación del sistema feudal”.(3) Es decir, los dirigentes locales suplantaron la corona española.

Sospecho que la “revolución ciudadana” que lidera el gobierno, dizque para desbancar a la partidocracia, no es más que una repetición de la historia. La herramienta esta vez no sería una guerra de independencia, sino una Asamblea Constituyente a la cual el Presidente ha tildado de “la madre de todas las batallas”.

Una constitución debe básicamente proteger las libertades individuales —sin excluir a la muy menospreciada libertad económica. Solo de esta manera se podrá garantizar el pluralismo y la convivencia de los socialistas con los liberales, de los homosexuales con los heterosexuales, de los católicos con los musulmanes, etc.

La propuesta del gobierno no puede garantizar el pluralismo debido al excesivo control económico que le quiere dar al Estado. Al respecto, el Premio Nóbel F.A. Hayek decía:

“El control económico no es simplemente el control de un aspecto de la vida humana que puede ser apartado del resto; es el control de los medios con los cuales se obtienen todos los fines. Y quien sea que tenga poder total sobre los medios también, por lo tanto, resulta determinando lo que los hombres debemos creer y por lo que debemos luchar”.(4)


Ya es hora de dejar atrás la creencia de que un gobernante o un grupo de sabios pueden cambiar la imperfecta naturaleza humana, y conducirnos al paraíso socialista del siglo XXI donde habrá una burocracia más poderosa y, claro, angelical. Si en la nueva constitución se sigue intentando de moldear a la sociedad para que encaje en el proyecto político de determinada fuerza política, seguiremos con nuestra costumbre de ignorar la ley, porque esta no suele reflejar la realidad que vivimos.

Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 17 de julio de 2007.
Referencias

1. Propuesta de Reforma Constitucional del Gobierno.

2. Economic Freedom of the World Index. 2006 Disponible en: http://www.freetheworld.com/2006/1EFW2006ch1.pdf.

3. Paz, Octavio. El laberinto de la soledad y otras obras. 1997. Penguin Books, p. 150.

4. Hayek, F.A. The Road to Serfdom. 1994.

"Lo mio es mio, no de otros...

Guayaquil, Ecuador— “… ni mucho menos de un gobierno que
ha servido más para pedir, quitar y expropiar que para servir, facilitar
y trabajar”, dice el economista mexicano Roberto Salinas León.1

La carga tributaria en Ecuador es pesada como en EE.UU., con la diferencia
de que aquí como dice el ex ministro de Hacienda argentino Ricardo
López Murphy, “Tenemos impuestos suecos, con contribuyentes sudamericanos,
y servicios africanos”.2

En Ecuador hay que pagar 8 impuestos. Declararlos y pagarlos requiere de un
promedio de 600 horas, y cuesta alrededor del 34,9% de su ingreso (y esto
solo considerando a los impuestos nacionales).3 En otras palabras, usted dedica
alrededor de 127 días al año para pagar todos los impuestos
que demanda el Estado ecuatoriano. ¿Estamos recibiendo servicios del
gobierno nacional que merezcan ese sacrificio?

El gobierno ha propuesto una reforma fiscal que solo por su complejidad inducirá
a que más ciudadanos evadan impuestos, impulsará la informalidad,
y básicamente obstaculizará la formación de capital,
agrandando la brecha en productividad e ingresos entre los trabajadores de
los países desarrollados y los ecuatorianos.

Detrás de esta propuesta (y del actual sistema fiscal) está
la noción de que si se les quita a los ricos y se les da a los pobres
se acaba la pobreza. Pero, ¿no se han dado cuenta que si se dividiese
todo el pastel de la riqueza ecuatoriana en pedazos exactamente iguales, seguiríamos
siendo pobres? La riqueza total de los ecuatorianos en el 2005 fue de $36.500
millones y habíamos 13,2 millones de ecuatorianos. Si se repartiese
la riqueza en porciones iguales cada ecuatoriano ganaría $2.765 dólares
al año.4 No solo seguiríamos siendo un país pobre, sino
que eliminaríamos los incentivos para la creación de riqueza.
Pues en los países pobres el verdadero reto no está en redistribuir
el pastel existente, sino en hacerlo crecer.

Las reformas eficientes no son las que tienen como finalidad incrementar los
ingresos del estado, sino aquellas que buscan impulsar el crecimiento económico.
El sistema tributario más complicado que propone el gobierno pretende
cobrar impuestos sobre los totales del patrimonio, de costos y gastos, del
activo y del ingreso, cosa que no se ha visto en ninguna otra parte del mundo.
No es concebible cobrar un Impuesto a la Renta (IR) por sobre algo que no
constituye una ganancia.

En el 2006, 54,7% de los ingresos tributarios correspondieron al Impuesto
al Valor Agregado (IVA).5 Este es un impuesto de tasa única que todos
los pagamos cuando compramos una amplia gama de productos y servicios. Aunque
tiene costos de recaudación muy bajos y seguramente disminuiría
la evasión, no conviene reemplazar todos los demás impuestos
con un IVA más alto ya que se desalentaría el desarrollo de
industrias de mayor valor agregado.

Siguiendo el ejemplo de Estonia, Rusia, Letonia, y otros países que
han reformado exitosamente sus sistemas tributarios podríamos adoptar
un IR de tasa única y eliminar todos los demás impuestos menos
el IVA. Estonia redujo el IR de 33% a 26% en 1994 (hoy está en 22%)
y las recaudaciones han aumentado en lugar de disminuir. En los últimos
seis años la economía ha crecido a una tasa promedio anual de
9%.6

Y como vacuna para el comportamiento irresponsable de nuestros políticos,
en la nueva constitución se podría incluir una provisión
basada en la sugerencia del Premio Nóbel de economía, James
Buchanan: que se requiera que cada presupuesto del gobierno solo pueda ser
permitido cuando simultáneamente se proponga el o los impuestos (de
tasa única) que lo financie. Esta norma solo podría ser obviada
en circunstancias verdaderamente extraordinarias (guerras o desastres naturales).7

Este artículo fue publicado originalmente en El
Universo
(Ecuador) el 10 de julio de 2007.

Referencias

1. Salinas León, Roberto. “El mito del ‘gasto social’”.
28 de junio de 2006. Disponible en: http://www.elcato.org/node/1653.

2. López-Murphy, Ricardo. “Mi propuesta busca resolver el hambre
y el desempleo”. 13 de noviembre de 2003. Terra Argentina. Disponible
en: http://www.terra.com.ar/ctematicos/elecciones2003/56/56918.html.

3. Doing Business 2007. Banco Mundial. Disponible en: http://www.doingbusiness.org/.

4. Tabla de estadísticas del Banco Mundial para el 2005. Disponible en:
http://devdata.worldbank.org/external/CPProfile.asp?PTYPE=CP&CCODE=ECU.

5. Estadísticas del Servicio de Rentas Internas para el año 2006.
Disponible en: http://www.sri.gov.ec/sri/portal/main.do?code=534&codeContent=534.

6. Gutiérrez Chávez, Adolfo. “Impuesto único: Introducción
a una reforma tributaria en México”. 5 de marzo de 2007. ElCato.org.
Disponible en: http://www.elcato.org/node/2251 y Mitchell, Daniel. “Reforma
triburatia, el ejemplo báltico”, 28 de junio de 2007. Disponible
en: http://www.elcato.org/node/2595.

7. Buchanan, James. “Three amendments: Responsibility, generality, and
natural liberty”. Cato-Unbound. 5 de diciembre de 2007. Disponible en:
http://www.cato-unbound.org/2005/12/05/james-m-buchanan/three-amendments/.

Wednesday, July 04, 2007

Neoliberalismo, ¿qué es eso?

por Gabriela Calderón



Guayaquil, Ecuador— Mario Vargas Llosa dice: “A lo largo de
una trayectoria que comienza a ser larga, no he conocido todavía a
un neoliberal”. Yo tampoco. Sin embargo, parecen estar en todas partes
porque políticos de distintos sesgos ideológicos suelen nombrarlos.
Se habla mucho de la “larga noche neoliberal” que ha vivido el
Ecuador y varios personajes de nuestra política, tanto de izquierda
como de derecha, suelen distinguirse de estos terribles “neoliberales”.


Es importante analizar el uso de este término. George Orwell dijo que
el lenguaje es una herramienta poderosa cuando se la utiliza para bien se
comunica y cuando se la utiliza para mal se confunde o desinforma. “El
lenguaje político” decía Orwell, “está diseñado
para lograr que las mentiras parezcan verdades y el asesino respetable, y
para dar una apariencia de solidez al mero viento”. Esto tiene particular
importancia dentro del debate ideológico, el cual, como nos explica
el abogado peruano Enrique Ghersi, no se rige por la lógica sino por
las reglas de la retórica.


Ghersi, quien ha escrito, hasta donde yo se, el único estudio académico
respecto al origen del término “neoliberalismo” (“El
mito del neoliberalismo”) nos explica que esa palabra ha tenido varios
usos pero que hoy “se utiliza para caracterizar cualquier propuesta,
política o gobierno que, alejándose del socialismo más
convencional, propenda al equilibrio presupuestal, combata la inflación,
privatice empresas estatales y, en general, reduzca la intervención
estatal en la economía” . A pesar de que si se dieron reformas
liberales estas muchas veces se combinaron con políticas públicas
equivocadas tales como un mal manejo de la deuda o un gasto público
sin control.


De esta manera, se pretende asociar a los liberales con políticas o
gobiernos que nunca hemos respaldado o defendido. Por ejemplo, el hecho de
que respaldemos como principio general la privatización de empresas
estatales, no significa que estemos de acuerdo con la transformación
de un monopolio público en uno privado (TELMEX, por ejemplo).


Vargas Llosa, quien frecuentemente es acusado de formar parte de esa peste
moderna —los neoliberales, explica que:


Un “neo” es alguien que es algo sin serlo, alguien que está
a la vez dentro y fuera de algo, un híbrido escurridizo, un comodín
que se acomoda sin llegar a identificarse nunca con un valor, una idea, un
régimen o una doctrina. Decir “neo-liberal” equivale a
decir “semi” o “seudo” liberal, es decir, un puro
contrasentido. O se está a favor o seudo a favor de la libertad, como
no se puede estar “semi embarazada”, “semi muerto”,
o “semi vivo”.



Orwell advirtió en 1946 que las palabras con significado confuso conducían
a un pensamiento confuso y viceversa. Esto está sucediendo con la palabra
“neoliberalismo” no solo en nuestro país sino en toda Latinoamérica.
Como dice Ghersi en su ensayo, con ese término se busca descalificar
a las propuestas liberales con “aventuras políticas desgraciadas,
propuestas absurdas, corrupción extendida o la pura frivolidad”.
Pero la palabra en sí no tiene significado claro y esto hace que sea
fácil utilizarla para descalificar y confundir el debate.



Las discusiones entre niños, tan risibles para los adultos, suelen
involucrar “elocuentes argumentos” tales como “¡Qué
te importa cara de torta!”. Ni los niños ni nosotros entendemos
qué significa exactamente esa frase, solo sabemos que el niño
que la usó se quedó sin argumentos y no le quedó otra
que hacerlo quedar al otro como “un cara de torta”. La gran mayoría
de los niños maduran y llegan a contestar con argumentos.



Es fácil utilizar epítetos en lugar de argumentos. Lo peligroso
es que el debate ideológico, tan importante en estos momentos que estamos
por escribir una nueva constitución, se vea plagado de epítetos
y no de argumentos sólidos.


Este artículo fue publicado originalmente en El
Universo
(Ecuador) el 3 de julio de 2007.

Abuso de poder: el record constitucional de Rafael Correa

por Gabriela Calderón



Washington, DC— Durante sus primeros cinco meses de gobierno,
Correa ha demostrado poco respeto por la Constitución actual.
Esto es importante porque aunque la Asamblea Constituyente nos provea
con una mejor constitución, esta no mejorará la situación
del país si es que nuestros líderes políticos deciden
continuar actuando como que si estuvieran por encima de la ley.


Por eso es necesario que consideremos el récord constitucional
de Rafael Correa:



  • No juró respetar la Constitución en
    el acto de inauguración presidencial. Aunque esto no constituye
    una violación constitucional, si es un acto simbólico
    de suma importancia, porque demuestra que él cree que su poder
    está en las encuestas y no en la Constitución, como
    debe ser en las verdaderas democracias —esas que protegen no
    solo a las mayorías sino también a las minorías.

  • El gobierno de Correa violó el Artículo 283 en
    el cual se especifica que la consulta popular legalmente convocada
    deberá poner “ en consideración del electorado textos
    concretos de reforma constitucional
    que, de ser
    aprobados, se incorporarán inmediatamente a la Constitución”.
    Es decir, no se contempla la formación de una asamblea para
    hacer una nueva constitución o reformarla.

  • Las leyes, según nuestra actual constitución deben
    ser debatidas y decididas por el Congreso. El “Estatuto” que
    fue anexado a la Consulta Popular no era un “asunto” sino
    más bien una Ley que sin ser debatida fue sometida inconstitucionalmente
    a una consulta popular.

  • También se ha violado el derecho al debido proceso (numeral
    27 del Artículo 23
    ) con la destitución de
    los 57 diputados (aunque en esto, sin restarle importancia a la
    violación por parte del Tribunal Supremo Electoral —TSE,
    lo precedieron los diputados al destituir al principal del TSE sin
    seguir el debido proceso).

  • El TSE violó la Constitución al atribuirse funciones
    que no le corresponden (Artículo 119) como
    juzgar a diputados del Congreso, quienes deberían ser juzgados
    solamente por la Corte Suprema según lo indicado en la Ley
    Orgánica de Elecciones (con lo cual se violó el numeral
    11 del Artículo 24
    ).

  • El Congreso violó, con el respaldo del Presidente, el Artículo
    95
    de la Constitución al desconocer el fallo del
    Tribunal Constitucional (TC) que concedía amparo a los diputados
    destituidos y los restituía. En ese artículo se establece
    el cumplimiento inmediato de las resoluciones sobre Amparo.

  • El aval que el gobierno le dio a la destitución de los 57
    diputados —evidenciado con la presencia de la policía
    nacional en las afueras del Congreso— constató una violación
    de la independencia de los poderes (Artículo 119).

  • El Pativideo de la reunión con los representantes de Abadi,
    del cual el Ministro Patiño y el Presidente dicen haber sido
    los autores, violó el derecho a “la honra, a la buena
    reputación y a la intimidad personal y familiar” (numeral
    8 del Artículo 23
    ) y también “La inviolabilidad
    y el secreto de la correspondencia” que también cubre “a
    cualquier otro tipo o forma de comunicación” (numeral
    13 del Artículo 23
    ).


Las violaciones constitucionales no son nada nuevo en Ecuador. Pero
si este gobierno insiste en llamarse “revolucionario” debería
comenzar por hacer el verdadero acto revolucionario: respetar la Constitución,
aún cuando no le convenga.


Con esta lista preliminar de violaciones constitucionales que han
ocurrido en estos últimos cinco meses no pretendo defender a
los destituidos (diputados, TC, etc.) sino a la principal víctima
de todo este caos político: el Estado de Derecho.


Este artículo fue originalmente publicado en el El
Universo
el
21 de Junio de 2007.