Gabriela Calderon

Un blog para discutir eventos politicos y economicos desde un punto de vista liberal. A blog for the discussion of political and economic events from a classical liberal point of view.

Saturday, March 18, 2006

Crónica de dos protestas

Esta semana en Ecuador se llevaron a cabo protestas en contra y a favor del TLC. A casi un año de la caída de Gutiérrez nuevamente se tambalea el gobierno en Carondelet y el discurso televisado de un presidente asustado más el hecho de que todo se calmó solo después de que Palacio le dio $8,2 millones a las autoridades de Cotopaxi y le prometió otros $38 millones a Tungurahua , son indicios de que Carondelet está débil.

Hay diferencias claves entre la protesta que le quita el sueño a Palacio y la que no ocupó el primer plano en los periódicos.

Algunos datos interesantes sobre las protestas en contra del TLC:

• Su costo. Los cuatro días en que una minoría de ecuatorianos se tomaron las carreteras más importantes de la Sierra causaron la pérdida de $100 millones en exportaciones . Ningún grupo en el Ecuador fue más duramente golpeado por estas protestas que los mismos indígenas. Aquellos productores que no pudieron entregar 280 toneladas de brócoli , por ejemplo, probablemente verán sus ganancias de este mes terriblemente afectadas y no les quedará otra que despedir a unos cuantos de sus trabajadores, lo que significará que muchos indígenas perderán al menos temporalmente su medio de sustento.
• Sus medios. Al haber bloqueado a la fuerza y sin consultarle al resto de los ecuatorianos que dependen de esas vías para llevar a cabo sus actividades diarias, los manifestantes en contra del TLC violaron el derecho de todos los ecuatorianos a la libre circulación dentro de nuestro territorio.
• Sus objetivos. Los dirigentes de estas protestas han hecho declaraciones preocupantes. A la BBC César Humajinga Huamán, prefecto de Cotopaxi, dijo: “Si Palacio firma ese tratado se irá para la casa, cogerá su maleta y se irá a la casa” . Sin importar lo que uno piense del TLC, nadie puede creer que este justifica un golpe de estado en un país que ya tiene fama mundial por ser campeón en este deporte masoquista. La Comisión Andina de Juristas (CAJ) reconoce “el legítimo derecho de la ciudadanía a expresar su descontento... En la medida que la protesta social sea canalizada por los cauces democráticos, ello no debe implicar que se deje de lado los caminos del diálogo y de la búsqueda de consensos. Como señala el Artículo 2 de la Carta Democrática Interamericana, la democracia representativa se refuerza y profundiza con la participación permanente, ética y responsable de la ciudadanía en un marco de legalidad conforme al respectivo orden constitucional” . Bloquear carreteras, amenazar con derrocar al presidente, entre otros actos no consensúales, constituyen una violación del orden constitucional ecuatoriano.

Los datos interesantes sobre las protestas a favor del TLC en Quito, que reunieron a 4.000 personas, son los siguientes:

• Costaron solo $28.000 y fueron financiadas por empresarios que tienen intereses personales en que se firme el tratado. Sus trabajadores que los acompañaron en las protestas también tienen intereses personales en que el TLC sea una realidad. Los costos fueron incurridos por los que buscan beneficiarse, y no impuestos a todos los ecuatorianos en nombre de los intereses de determinado grupo.
• Fueron pacíficas y no bloquearon el libre movimiento ni afectaron la actividad comercial de la cual se sustentan la gran mayoría de ecuatorianos.
• No amenazaron con derrocar el gobierno si es que este decide no firmar el TLC.

Para el lector que forma parte de la gran mayoría de ecuatorianos que no participó en ninguna de estas protestas, yo quería compartir mis observaciones sin imponerle mi visión personal de que el TLC es algo bueno o malo, pero si recordándole que todavía no se ha presentado una causa que merezca violar el orden democrático y constitucional ecuatoriano.

Wednesday, March 01, 2006

De la madre de Cabral, para Humala

Fernando Berckemeyer, analista

Como quiera que se trata de un hombre que, gracias a las precarias condiciones de todo tipo en las que aún elige el electorado peruano, no puede todavía descartarse como el próximo presidente del Perú, esta ignorancia suya nos concierne a todos los peruanos como pocos otros temas. Esto porque, como bien lo deberíamos de saber ya, la ignorancia económica actuando desde el poder se convierte rápidamente en el empobrecimiento (o la pauperización) de los que están debajo de él.

Una de las últimas veces en que el señor Humala ha ventilado su pavorosa indocumentación ha sido, curiosamente, cuando en su visita a la Sociedad Nacional de Industrias se esforzó por congraciarse con el empresariado nacional. Así, prometió "proteger" a las "empresas nacionales eficientes" --agregando que, como buen nacionalista, en un eventual gobierno suyo las favorecería frente a las empresas internacionales eficientes--.

Con esto Ollanta Humala ha demostrado no tener la más mínima idea, siquiera por aproximación, de lo que es la eficiencia ni, por cierto, de cómo funciona ese mercado al que él promete tanto controlar.

Y es que una empresa eficiente no es otra cosa que aquella que logra ofrecer a los consumidores la mejor calidad al menor precio de un determinado bien o servicio. Una empresa eficiente no necesita, pues, que la "protejan" desde el Estado --que le den un trato preferencial a través de normas jurídicas-- porque una empresa eficiente tiene la mejor protección, con perdón de la redundancia, en su propia eficiencia. Mientras tenga esta última, la eligirán los consumidores, los únicos verdaderos "explotadores" si es que hay tales en un mercado libre.

De hecho, si una empresa eficiente empieza a requerir "protección" es porque hay otra empresa más eficiente que, al ofrecer a los consumidores una mejor combinación precio-calidad, le está quitando clientes. Incluso si siendo eficiente, favores políticos le regalan "protección" a una empresa, las posibilidades están a favor de que esta pierda su eficiencia, porque con la llegada de los regalos estatales se van los incentivos que da la libre competencia para sudar por dicha eficiencia. Lo que es otra manera de decir que eficiencia y protección son términos antinómicos y que lo único que se puede proteger es la ineficiencia --que, por lo demás, en los hechos, es todo lo que el Estado en sus muchos embates proteccionistas ha logrado proteger jamás--.

Las declaraciones de Humala, entonces, solamente pueden agradar a empresarios mercantilistas. Esos mismos que no en vano siempre han lucrado con creces en los regímenes estatistas por la sencilla razón que, ahí donde se intenta crear riqueza mediante leyes, sobran las oportunidades para subirse a estas por tal o cual razón "estratégico-social", para irse de pachanga en el mercado.

En cambio, los empresarios eficientes --los que no tienen miedo de competir en beneficio de todos nosotros, los consumidores--, solo pueden tener una respuesta para las ofertas proteccionistas del señor Humala y, en general, para las del poder estatal. La misma respuesta que la madre de Facundo Cabral, luego de un concierto de su hijo, dio al presidente Alfonsín cuando este le preguntó si había algo que podía hacer por ella --y son sus palabras, no las mías--: "Señor presidente: con que no me joda, es suficiente".