Gabriela Calderon

Un blog para discutir eventos politicos y economicos desde un punto de vista liberal. A blog for the discussion of political and economic events from a classical liberal point of view.

Monday, November 12, 2007

El odio al progreso

Guayaquil, Ecuador— El Aeropuerto José Joaquín de Olmedo es un ejemplo de cómo se puede mejorar un servicio público en poco tiempo sin aumentar el gasto público o la intervención estatal. No obstante, vivimos en un país donde el éxito se observa con sospecha en lugar de ser aplaudido y estudiado para que otros lo consigan también.

Durante más de 40 años la Dirección General de Aviación Civil (DAC) estuvo a cargo de nuestro aeropuerto y el resultado era una “pocilga” como puerta de entrada. ¿Qué se hizo con la plata que había recaudado de los usuarios? ¿Por qué este gobierno, que dice combatir la corrupción, no cuestiona ese despilfarro durante esa larga noche centralista? Cabe recalcar que aunque la DAC ha dejado de percibir ciertos rubros que ahora recibe la concesionaria para cubrir costos de operación y ahorrar las utilidades obtenidas, la DAC sigue recibiendo $5 por pasajero internacional,1 sin ahora tener los gastos de operación de los dos aeropuertos más importantes del país.

Hoy, cobrando las mismas tasas el aeropuerto de Guayaquil no solo ha pasado a ser el mejor aeropuerto del Ecuador, sino que es uno de los más modernos de Latinoamérica compitiendo con otros aeropuertos internacionales tales como el Jorge Chávez de Lima y El Dorado de Bogotá. El gobierno local no solo piensa en el presente sino en el futuro de la ciudad, y por eso las utilidades generadas por el aeropuerto están siendo capitalizadas para la construcción del nuevo aeropuerto internacional en Daular.

Para que nuestro aeropuerto de ese giro de 180 grados se dieron dos elementos claves: descentralización y participación del sector privado. Los usuarios del aeropuerto de Guayaquil y la concesionaria —TAGSA, no el “pueblo ecuatoriano” como dice el Presidente, financiaron la construcción del nuevo aeropuerto de Guayaquil con una inversión de alrededor de $90 millones.2 El gobierno central solamente donó el terreno sobre el cual se construyó prácticamente desde cero el nuevo aeropuerto.

El gobierno dice que es inaceptable que el Estado nada reciba de las utilidades generadas por el aeropuerto y reclama el 50% de las utilidades. Comparado al derroche de gasto del gobierno en otras áreas, por ejemplo, los más de $2.300 millones al año que el gobierno derrocha en subsidios al gas y a los combustibles, ese monto es insignificante.3 Es el crecimiento económico y no el crecimiento de las recaudaciones del Estado lo que debería guiar la política fiscal.

La generación de utilidades no es algo malo, es algo necesario para acumular riqueza y poder invertir en el aeropuerto más grande y moderno que nuestra ciudad va a necesitar en el futuro. Pero ya sabemos que este gobierno es consumidor, no creador de capital.

En lugar de contraponer los intereses de Latacunga y otras ciudades contra los de Guayaquil, un gobierno que busca la unidad nacional debiera aplaudir lo que funciona, como el aeropuerto de Guayaquil y alentar a otras ciudades a que imiten el esfuerzo realizado aquí. Podría comenzar por donarles el terreno de sus aeropuertos y darles competencia por sobre la administración de estos, que es lo único que Guayaquil recibió del gobierno central.

Nuestro presidente y otros odiadores de Guayaquil aparentemente padecen el complejo de Fourier, es decir, aquel odio que ciega tanto que puede llevar a hacerse daño a uno mismo con tal de ver al otro que estaba progresando sufrir. Lamentablemente, ese complejo no se cura con la razón y es destructivo para quien lo padece y los gobernados.4

Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 6 de noviembre de 2007.

Referencias:

1. Romero, Nicolás. Autoridad Aeroportuaria de Guayaquil. 25 de febrero de 2007. Disponible en: http://www.aag.org.ec/Paginas/Noticias.php?Codigo=75.

2. “El nuevo aeropuerto José Joaquín de Olmedo se entrega hoy”. El Universo. 27 de julio de 2006. Disponible en: http://www.eluniverso.com/2006/07/27/0001/9/96097DD5CE2C48E7915AF40F11791A36.aspx.

3. CEDATOS. 12 de febrero de 2007. Disponible en: http://www.cedatos.com.ec/contenido.asp?id=1728.

4. “La mentalidad anticapitalista” en Mises, Ludwig von. Sobre Liberalismo y Capitalismo. Unión Editorial. Edición 1962, p. 30-31.

Economistas con malas ideas

Guayaquil, Ecuador— Mientras que la tendencia mundial y en Latinoamérica es de abrirse al mundo en Ecuador hemos impuesto aranceles más altos a 567 partidas (más las 262 que podrían añadirse a la lista esta semana).1 El Presidente dice que este proteccionismo es necesario para “promover la base productiva y el empleo nacional”.2

El periodista económico francés, Frederic Bastiat decía que “Solo hay una diferencia entre un economista malo y uno bueno: el economista malo se restringe al efecto visible [de las políticas públicas]; y el economista bueno toma en cuenta tanto el efecto que puede ser visto como los efectos que deben ser previstos”.3

Creer que aumentar las barreras a las importaciones fomenta la producción nacional y el empleo nacional es el diagnóstico de un economista que solo se fija en lo visible. En cambio, entender que esto (1) suele resultar en una reducción neta de empleos debido a que reducirá el poder de compra de los consumidores y por lo tanto la demanda de bienes y servicios; y, que (2) suele generar empleo en las industrias protegidas a costa del empleo que se hubiese generado en las industrias no protegidas, que si podían competir bajo un régimen comercial abierto, es el diagnóstico de un economista que se fija en lo visible y en lo invisible.

Aún en el caso de que se de un aumento neto en el empleo en el corto plazo, no nos olvidemos de que el objetivo de un gobierno que “si sabe de desarrollo” (según lo dijo el Presidente) debería ser aumentar la calidad de vida de los ciudadanos, lo cual no necesariamente es lo mismo que aumentar el empleo. Si fuese lo mismo valdría prohibir el uso de las cosechadoras de arroz creando inmediatamente por lo menos 300.000 empleos (lo que se ve). Lo que no se ve, sin embargo, es que al crear esos empleos se eleva el costo de producción, perdiendo competitividad y castigando a los consumidores.

La apertura comercial es buena para mejorar las condiciones de vida, sobre todo en el caso de los países mas pequeños. Es así que en 1973 Chile redujo drásticamente el arancel promedio de 90% hasta llegar a una tasa promedio de 10% (luego 6%), estrategia que al ser combinada con la firma de acuerdos comerciales ha resultado en un arancel efectivo real de 2,4% en 2004.4 Al parecer no estaban equivocados puesto que han reducido la pobreza de 38,6% de la población en 1990 a 13,7% hoy.5 Y, si se trata de reactivar la producción nacional, abriéndose unilateralmente al resto del mundo a principios de los setentas, pasó de tener solamente 208 empresas que exportaban aproximadamente 412 productos hacia 60 países en 1970 a tener 5.666 empresas que exportaban 3.749 productos a 166 países en el 2003.6

Todo ciudadano que ha producido o comprado un producto debería tener el derecho de usarlo o de transferirlo a cualquiera que, alrededor del mundo, esté dispuesto a darle a cambio algo que desee. Quitarle ese derecho cuando no ha causado algún daño público y cuando solo se lo priva de ese derecho para beneficiar a otro ciudadano, sería legitimar un acto de saqueo e injusticia, y cuando se trata dizque de optimizar el uso de las divisas no olviden que los dueños del dinero son los ciudadanos y no el estado.

Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 30 de octubre de 2007.

Referencias:

1. “Fijados nuevos impuestos”. El Universo. 25 de octubre de 2007. Disponible en: http://www.eluniverso.com/2007/10/25/0001/9/F76EA5A27828400E9EBCF6E520B7CED9.aspx.

2. “El Presidente Correa afirma que es deber del Estado el proteger y promover la producción nacional”. 27 de octubre de 2007. Disponible en: http://www.presidencia.gov.ec/noticias.asp?noid=11493.

3. Bastiat, Frederic. “What is Seen and What is Not Seen” en Libertarian Reader. 1997. The Free Press, p. 265-273.

4. Larroulet, Cristián. “La integración de Chile al mundo: Chile en la era de la globalización” en Instituciones y Desarrollo: La reforma institucional y la experiencia chilena, editado por Hugo Eyzaguirre. Septiembre de 2007. Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, p. 157-183.

5. CASEN 2006. MIDEPLAN. Disponible en: http://www.mideplan.cl/final/categoria.php?secid=25&catid=124.

6. Ibid., Larroulet.

El capital intangible y migracion

Washington, DC— Hay una razón importante por la cual un programa gubernamental para lograr que regresen quienes emigraron no funcionará: el capital intangible (léase educación e instituciones) al cual tienen acceso quienes viven en España, EE.UU. o Italia. Los nuevos e injustificados subsidios como los créditos a través de la banca pública, las rebajas en el precio de los pasajes aéreos, la exoneración de aranceles para enseres, las ayudas para vivienda y la asesoría para instalar negocios en el Ecuador1 no serán suficientes para atraer a migrantes que se han visto obligados a dejar su país en busca de oportunidades para mejorar sus condiciones de vida.

La calidad de las instituciones (léase un estado de derecho sólido) al final del día afecta la prosperidad de los individuos. ¿De qué le sirve un crédito barato si lo tiene que invertir en un país donde hay tanta incertidumbre como el nuestro? ¿De qué le sirve una asesoría para instalar negocios si Ecuador es uno de los países donde más se dificulta la actividad empresarial (solo Bolivia, Haití y Venezuela nos superan en esto dentro de la región)?2

Un reciente estudio publicado, sorprendentemente, por el Banco Mundial titulado “¿Dónde está la riqueza de las naciones?: Midiendo el capital para el siglo XXI” calcula el valor de la riqueza de 120 naciones, incluyendo el valor del capital intangible. Este innovador estudio intenta cuantificar el valor de la educación y las instituciones de cada país.3 Los hallazgos son impresionantes:

  • Considerando al capital natural (la suma de los recursos naturales no renovables), el capital producido (la suma de la maquinaria, equipos e infraestructura) y el capital intangible (la suma de la educación y calidad institucional, que incluye estado de derecho) el estudio descubrió que 78% de la riqueza mundial está constituida por el capital intangible. A su vez, este tipo de capital constituye 59% de la riqueza de los países de ingresos bajos, 80% de la riqueza de los países ricos, y 52,7% de la riqueza en Ecuador.4


  • El estado de derecho constituye el 57% del capital intangible de los países, siendo el componente más importante. La educación es el segundo más importante, correspondiéndole el 36%.5


  • "las oportunidades de los países no son necesariamente determinadas por su dotación de recursos naturales”.6


Lo que los economistas detrás de este estudio han hecho es validar lo que desde hace mucho venía diciendo el difunto economista de desarrollo Peter Bauer: “La prosperidad a largo plazo le debe poco o nada a los recursos naturales. . . La pobreza y la prosperidad no son usualmente cuestiones de tierra. La pobreza o las riquezas y las satisfacciones personales y sociales dependen del hombre, su cultura, y de su marco institucional”.7

Ahora de vuelta al migrante ecuatoriano en España, EE.UU. o Italia. Solo con poner un pie en España tiene acceso a un capital intangible (per cápita) 12 veces mayor que el que tenía en Ecuador ($217.300 vs. $17.788), si va a EE.UU. este será 23 veces mayor ($418.009), y si llegara a Italia este será 17 veces mayor ($316.045).

¿Puede el gobierno ecuatoriano compensar esa diferencia astronómica de riqueza intangible simplemente dando créditos subsidiados y pasajes aéreos rebajados y demás dádivas? Por último, la cuestión del regreso de los migrantes debe ser priorizada en base a lineamientos estadísticos y económicos: ¿Queremos que regresen un gran número de migrantes, o primero hay que preocuparse por incrementar el capital intangible y mejorar las condiciones de vida de todos?

Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 23 de octubre de 2007.

Referencias:

1. “Rafael Correa invita a los inmigrantes a que retornen”. El Comercio. 20 de octubre de 2007. Disponible en: http://www.elcomercio.com/solo_texto_search.asp?id_noticia=94496&anio=2007&mes=10&dia=20.

2. Haciendo Negocios 2007. Banco Mundial. Disponible en: http://www.doingbusiness.org/economyrankings/.

3. Where is the Wealth of Nations?: Measuring Capital for the XXI Century. Banco Mundial. 2006.

4. Ibid., p. 4 y p. 160.

5. Ibid., p. XVI y p. 58.

6. Ibid., p. XVIII.

7 Bauer, Peter. “La tierra y las personas”. ElCato.org. 29 de Julio de 2007. Disponible en: http://www.elcato.org/node/1238.

Cuba y Venezuela no son democracias

New York, NY— La palabra ‘democracia’ ha sido utilizada con tanta arbitrariedad que hoy se usa para describir a gobiernos tan disímiles como los de Cuba, Venezuela y Suiza.

Un país con un presidente que gobierna, legisla, manipula el organismo electoral y controla las fuerzas armadas (cuyo lema ahora es “Patria, Socialismo o Muerte”)1, como Venezuela, hace ratos que dejó de ser democracia, y pasó a ser una grotesca caricatura de democracia.

Sin embargo, dice el Presidente Correa que es un régimen democrático puesto que “ha ganado nueve elecciones consecutivas”.2 Lo que nuestro Presidente no dice es que, por ejemplo: la OEA, la Unión Europea y el Congreso de España todos han establecido que los procesos electorales de 2004 y 2005 carecían de transparencia.3

Tampoco se puede hablar de un proceso electoral justo y transparente cuando la libertad de prensa es severamente coartada desde el 2005, año en que se modificó el Código Penal venezolano haciendo que sea un crimen—penado con hasta 15 años de cárcel—hablar mal del gobierno o acerca de uno de sus altos funcionarios.

Es realmente preocupante que en el siglo XXI y después un gobierno de partido único que ha durado 48 años, todavía estemos debatiendo en Ecuador si Cuba es o no una democracia. Bajo ninguna definición tradicional de ella (ya sea parlamentaria, presidencial, directa o participativa) podría el régimen cubano ser descrito como una democracia.4

Su convaleciente líder, Fidel Castro, tampoco puede ser considerado un demócrata cuando se ha dedicado casi medio siglo a mandar sobre la isla como si fuera su hacienda. ¿Puede considerarse democracia un país donde el único empleador es el Estado y donde a los disidentes se les prohíbe obtener empleo? ¿Puede considerarse democracia un país en el que uno no tiene libertad de salir y entrar libremente? ¿Puede considerarse democracia un país donde por vender o comprar carne a uno lo meten en la cárcel por un año? (En la Hacienda Castro, solo los Castro pueden darse ese “lujo”) ¿Es democracia un país donde los medios de comunicación son únicamente estatales? ¿Puede ser democracia un país donde no se le permite moverse libremente dentro del país?

No obstante, hay personas como nuestro Presidente o el Presidente boliviano, Evo Morales, que todavía insisten en decir que Fidel Castro no es un dictador y que en Cuba hay democracia.5

En fin, si vamos a tener un debate honesto es necesario que se definan claramente los términos. Si en algo podemos estar de acuerdo es que para que haya democracia tienen que haber algunas condiciones elementales: (1) división de poderes; (2) libertad de expresión (que solo se puede ejercer a través de una prensa libre); (3) elecciones transparentes; (4) y más de un partido político.

Cuba no satisface ni uno de esos elementos. Venezuela solo satisface el requisito de tener más de un partido político. Ecuador, desde el momento en que se establezca la Asamblea todopoderosa, no cumplirá con la primera característica.

No pareciera necesario explicar algo tan obvio como el hecho de que Cuba es una dictadura donde por casi medio siglo se les ha negado la libertad a millones de cubanos. Pero como decía George Orwell, “Hemos caído hasta tal profundidad que la repetición de lo obvio se ha vuelto el principal deber de los hombres inteligentes”.6

Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 16 de octubre de 2007.

Referencias:

1. “Patria socialismo o muerte”. Gobierno Bolivariano de Venezuela: Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información. 12 de abril de 2007. Disponible en: http://mci.gov.ve/noticias-prensa-presidencial/28/13205/patriasocialismo_o_muerteconsigna.html.

2. Correa, Rafael. Entrevista con Jorge Ramos en Al Punto. Disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=jJpuwodtr1c.

3. Coronel, Gustavo. “Corrupción, administración deficiente y abuso de poder en la Venezuela de Hugo Chávez”. ElCato.org. 26 de noviembre de 2006. Disponible en: http://www.elcato.org/node/2080.

4. Ball, Carlos. “Chávez estrangula la libertad de expresión”. ElCato.org. 29 de marzo de 2005. Disponible en: http://www.elcato.org/node/280.

5. Entrevista con Jorge Ramos de Correa, anteriormente citada y entrevista de Evo Morales con Jorge Ramos.

6. Citado en Bauer, Peter. From Subsistence to Exchange and Other Essays. Princeton University Press, 2004, p. 27.

Guayaquil con autonomia plena

Washington, DC— El 9 de octubre de 1820 Guayaquil se independizó de España, casi dos años antes de que ocurra la Batalla de Pichincha con la que se independizó el actual territorio de Ecuador. Esta ciudad que nació libre y contagió con esa libertad al resto del país, hoy podría liderar el movimiento hacia un Ecuador conformado de varios territorios con autonomía plena.

Muchos de los que proponen las autonomías hablan de “autonomía solidaria” (léase solidaridad impuesta), esto significa que las provincias económicamente más desarrolladas estarían obligadas a contribuir a un fondo común para redistribuirlo entre las provincias más pobres. Pero esto ignora el proceso de desarrollo económico de las provincias y ciudades que se desarrollaron sin recibir fondos ni ayuda de otras provincias o países, por ejemplo, Guayaquil durante los siglos XVII y XVIII.1

Cuando hablo de autonomía plena me refiero a una autonomía política, regulatoria y fiscal. Esto no es separatismo, es simplemente hacer en Ecuador lo que Alexis de Tocqueville llamaría “laboratorios de democracia”.2 Países como Canadá y Suiza son ejemplos exitosos de autonomía política, fiscal y regulatoria. Solo el tiempo, dentro de un proceso de ensayo y error, dirá a quién le fue mejor, y poco a poco se irán copiando las reformas exitosas.

Solo los ciudadanos podrán escoger a los regimenes ganadores o perdedores votando con los pies. Por derivación, otros cantones o provincias podrán adherirse al régimen que consideren exitoso, constituyéndose así en forma voluntaria y espontánea diferentes regiones autonómicas.

Los millones de ecuatorianos que emigraron hacia Europa y Estados Unidos en los últimos años estaban votando con los pies. Igualmente, miles de ecuatorianos que han dejado sus provincias natales de para venir a Guayaquil.

El Presidente Rafael Correa ha acusado a la “oligarquía guayaquileña” de querer “hacer republiquetas” al estilo de ciudades estado como Hong Kong o Singapur.3 Yo me pregunto, ¿sería malo para los guayaquileños ser más como uno de esos dos países?

Veamos: el PIB per cápita de Hong Kong es 8,2 veces el de Ecuador y el de Singapur 7,1 veces; la inversión extranjera directa atraída por Hong Kong corresponde al 20% de su PIB, la de Singapur al 17,2% y la de Ecuador no llega ni al 5%; el total del comercio exterior como porcentaje del PIB es 399% en Hong Kong, 473% en Singapur y solamente el 69% en Ecuador.4 De acuerdo a estas cifras vemos que estos dos países son potencias económicas mundiales y no “republiquetas”.

También son países donde los ciudadanos gozan de mejor calidad de vida. De acuerdo al índice de desarrollo humano de las Naciones Unidas Hong Kong se encuentra en la posición 22, Singapur en la posición 25 mientras que Ecuador está en la muy distante posición 83 de entre 177 países.5 En todos los indicadores de gobernabilidad del Banco Mundial Ecuador palidece al lado de las dos supuestas “republiquetas” (especialmente en el respeto al Estado de Derecho y en el control de la corrupción).6 En cuanto a libertades civiles Hong Kong es más libre que Ecuador y Singapur menos libre por un punto, pero ha mejorado en los últimos años mientras que Ecuador se ha estancado.7

Después de ver las cifras, pienso que sería buenísimo si Ecuador fuese una aglomeración de “republiquetas” de ese tipo.

Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 9 de octubre de 2007.

Referencias:

1. Gómez Iturralde, José Antonio. “Guayaquil: Ciudad-Puerto”. Archivo Histórico del Guayas. Disponible en: http://www.archivohistoricoguayas.org/webpages/articuloCiudadPuerto.php y también Gómez Iturralde, José Antonio. “Guayaquil: Ciudad de comerciantes”. Archivo Histórico del Guayas. Disponible en: http://www.archivohistoricoguayas.org/webpages/articuloCiudadComerciantes.php?articulo=24.

2. De Tocqueville, Alexis. Democracy in America. Texto entero disponible en: http://xroads.virginia.edu/~HYPER/DETOC/toc_indx.html.

3. “El Presidente Correa denunció que quieren enterrar la memoria de Simón Bolívar y aislar a Guayaquil”. Presidencia de la República del Ecuador. 21 de Julio de 2007. Disponible en: http://www.presidencia.gov.ec/noticias.asp?noid=10358.

4. Datos del World Development Indicators del Banco Mundial.

5. Human Development Report 2007. Naciones Unidas. Disponible en: http://hdr.undp.org/hdr2006/statistics/.

6. World Governance Indicators. Banco Mundial. Disponible en: http://info.worldbank.org/governance/wgi2007/.

7. Freedom in the World. Freedom House. Disponible en: http://www.freedomhouse.org/template.cfm?page=15.

Deja vu venezolano

Guayaquil, Ecuador— En febrero de 1999 el recientemente elegido Presidente venezolano Hugo Chávez Frías, en su discurso inaugural, juró sobre una “constitución moribunda” a la cual declaró no respetar.1 En enero de 2007 el recientemente elegido Presidente ecuatoriano Rafael Correa juró respetar el mandato del pueblo. Como Chávez, él tampoco juró respetar la constitución vigente.2

En el mismo discurso inaugural antes mencionado, Chávez emitió un decreto convocando una Asamblea Constituyente (AC), la cuál no solo redactaría una nueva constitución sino que “transformaría el Estado y crearía un nuevo orden judicial basado en un modelo de gobierno diferente al existente”. Como Chávez, Correa emitió el día de su inauguración un decreto para convocar una AC “que transforme el marco institucional del Estado y elabore una nueva constitución”.3

En marzo de 1999, sin esperar el resultado de esa convocatoria Chávez emitió un decreto aprobado por sus ministros sentando las bases para la convocatoria a la AC, violando de esta manera tres artículos de la constitución venezolana vigente. Este cambio en las reglas del juego resultó en que Chávez obtenga 95% de los escaños con solo el 30% de los votantes registrados. Al convocar una AC sin presentar textos concretos de reforma constitucional, Rafael Correa violó el artículo 283 de la constitución vigente, y al anexar el estatuto a la convocatoria se reemplazó inconstitucionalmente la ley electoral vigente con una nueva ley electoral de autoría del gobierno (el estatuto). El cambio en las reglas del juego—financiamiento público de las campañas, un sistema electoral difícil de entender y un fortalecimiento del incentivo para votar en plancha—contribuyó a lograr una mayoría oficial abrumadora.

En abril de 1999, Chávez le dice a la Corte Suprema que “solo el presidente posee autoridad exclusiva sobre el manejo de los asuntos del Estado”, amenazando a los magistrados con represalias si no actúan de acuerdo a sus deseos. En abril de 2007, Correa desconoce el fallo del Tribunal Constitucional—la máxima autoridad dentro de la República del Ecuador de acuerdo a la Constitución vigente—que restituía a los diputados destituidos. Luego el Congreso, con el aval del Presidente, destituyó a los vocales del TC.4

Hasta aquí llegan las similitudes porque el caos organizado todavía no avanza tanto en Ecuador como ya lo ha hecho en Venezuela. Pero les sigo contando la triste historia de Venezuela: entre agosto y septiembre de 1999 la AC se constituyó con poderes supraconstitucionales (léase: plenos poderes) y designó a una comisión de emergencia judicial la cual destituyó a todos los jueces y nombró a jueces provisionales (muchos de los cuales han demostrado ser no tan provisionales); en diciembre de 1999 decretó la eliminación de todos los poderes públicos existentes; en junio del 2000 aprobó una Ley de Telecomunicaciones dándole al Ejecutivo poderes sobre lo que se podía o no difundir por los medios, la cuál constituyó un golpe a la libertad de expresión en el país.5

El analista venezolano Gustavo Coronel dice de la AC venezolana: “Se trató de un claro caso de corrupción política y de un golpe de estado progresivo que terminó con todas las instituciones políticas venezolanas bajo el control del gobierno y eliminó todos los equilibrios y contrapesos efectivos. A partir de ese momento, para todos los efectos prácticos, Venezuela dejó de ser una democracia”.

Ya es hora de que el Presidente ecuatoriano y los miembros de la mayoría oficial marquen distancia del ejemplo venezolano no solamente con palabras sino con actos. Hasta ahora luce como se si repitiera aceleradamente el proceso venezolano.

Este artículo fue publicado originalmente en el El Universo el 2 de octubre de 2007.

Referencias:

1. Todas las fuentes del caso venezolano, a menos que se indique de manera distinta, están documentadas en Coronel, Gustavo. “Hugo Chávez: De Presidente electo a dictador”. ElCato.org. 27 de marzo de 2007. Disponible en: http://www.elcato.org/node/2352.

2. “Rafael Correa jura como Presidente del Ecuador”. El Mundo.15 de enero de 2007. Disponible en: http://www.elmundo.es/elmundo/2007/01/15/internacional/1168874973.html.

3. Correa, Rafael. Texto del Decreto 002. 16 de enero de 2007. Disponible en: http://www.hoy.com.ec/temas/temas2007/asamblea/decreto002.pdf.

4. Calderón, Gabriela. “Abuso de poder: El record constitucional de Rafael Correa”. El Universo. 26 de junio de 2007. Disponible en: http://www.eluniverso.com/2007/06/26/0001/21/1BE7EEC1C1A34E4983D50CAF47115B54.aspx.

5. Coronel, Gustavo. “Corrupción, administración deficiente y abuso de poder en la Venezuela de Hugo Chávez”. ElCato.org. 26 de noviembre de 2007. Disponible en: http://www.elcato.org/node/2080.