Cuba y Venezuela no son democracias
New York, NY— La palabra ‘democracia’ ha sido utilizada con tanta arbitrariedad que hoy se usa para describir a gobiernos tan disímiles como los de Cuba, Venezuela y Suiza.
Un país con un presidente que gobierna, legisla, manipula el organismo electoral y controla las fuerzas armadas (cuyo lema ahora es “Patria, Socialismo o Muerte”)1, como Venezuela, hace ratos que dejó de ser democracia, y pasó a ser una grotesca caricatura de democracia.
Sin embargo, dice el Presidente Correa que es un régimen democrático puesto que “ha ganado nueve elecciones consecutivas”.2 Lo que nuestro Presidente no dice es que, por ejemplo: la OEA, la Unión Europea y el Congreso de España todos han establecido que los procesos electorales de 2004 y 2005 carecían de transparencia.3
Tampoco se puede hablar de un proceso electoral justo y transparente cuando la libertad de prensa es severamente coartada desde el 2005, año en que se modificó el Código Penal venezolano haciendo que sea un crimen—penado con hasta 15 años de cárcel—hablar mal del gobierno o acerca de uno de sus altos funcionarios.
Es realmente preocupante que en el siglo XXI y después un gobierno de partido único que ha durado 48 años, todavía estemos debatiendo en Ecuador si Cuba es o no una democracia. Bajo ninguna definición tradicional de ella (ya sea parlamentaria, presidencial, directa o participativa) podría el régimen cubano ser descrito como una democracia.4
Su convaleciente líder, Fidel Castro, tampoco puede ser considerado un demócrata cuando se ha dedicado casi medio siglo a mandar sobre la isla como si fuera su hacienda. ¿Puede considerarse democracia un país donde el único empleador es el Estado y donde a los disidentes se les prohíbe obtener empleo? ¿Puede considerarse democracia un país en el que uno no tiene libertad de salir y entrar libremente? ¿Puede considerarse democracia un país donde por vender o comprar carne a uno lo meten en la cárcel por un año? (En la Hacienda Castro, solo los Castro pueden darse ese “lujo”) ¿Es democracia un país donde los medios de comunicación son únicamente estatales? ¿Puede ser democracia un país donde no se le permite moverse libremente dentro del país?
No obstante, hay personas como nuestro Presidente o el Presidente boliviano, Evo Morales, que todavía insisten en decir que Fidel Castro no es un dictador y que en Cuba hay democracia.5
En fin, si vamos a tener un debate honesto es necesario que se definan claramente los términos. Si en algo podemos estar de acuerdo es que para que haya democracia tienen que haber algunas condiciones elementales: (1) división de poderes; (2) libertad de expresión (que solo se puede ejercer a través de una prensa libre); (3) elecciones transparentes; (4) y más de un partido político.
Cuba no satisface ni uno de esos elementos. Venezuela solo satisface el requisito de tener más de un partido político. Ecuador, desde el momento en que se establezca la Asamblea todopoderosa, no cumplirá con la primera característica.
No pareciera necesario explicar algo tan obvio como el hecho de que Cuba es una dictadura donde por casi medio siglo se les ha negado la libertad a millones de cubanos. Pero como decía George Orwell, “Hemos caído hasta tal profundidad que la repetición de lo obvio se ha vuelto el principal deber de los hombres inteligentes”.6
Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 16 de octubre de 2007.
Referencias:
1. “Patria socialismo o muerte”. Gobierno Bolivariano de Venezuela: Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información. 12 de abril de 2007. Disponible en: http://mci.gov.ve/noticias-prensa-presidencial/28/13205/patriasocialismo_o_muerteconsigna.html.
2. Correa, Rafael. Entrevista con Jorge Ramos en Al Punto. Disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=jJpuwodtr1c.
3. Coronel, Gustavo. “Corrupción, administración deficiente y abuso de poder en la Venezuela de Hugo Chávez”. ElCato.org. 26 de noviembre de 2006. Disponible en: http://www.elcato.org/node/2080.
4. Ball, Carlos. “Chávez estrangula la libertad de expresión”. ElCato.org. 29 de marzo de 2005. Disponible en: http://www.elcato.org/node/280.
5. Entrevista con Jorge Ramos de Correa, anteriormente citada y entrevista de Evo Morales con Jorge Ramos.
6. Citado en Bauer, Peter. From Subsistence to Exchange and Other Essays. Princeton University Press, 2004, p. 27.
3 Comments:
El concepto normativo de democracia requiere la satisfacción, previo al proceso de toma de decisiones mayoritarias (política), de ciertos derechos, los cuales generan al Estado tanto obligaciones positivas como negativas; lo que supone que no basta con la no intervención estatal, prohibición de censurar ciertos discursos (libertad de expresión), sino que, fundamentalmente, se hace imperativo una acción del Estado, supliendo al mercado, en la satisfacción de alimentación, educación, salud, vivienda digna, a todos los miembros de la comunidad política.
Se valora a la democracia por su carácter epistémico, esto es, por ser el sucedáneo del discurso moral, en otras palabras, que la verdad moral se alcanza mediante el discurso colectivo. En la teoría política liberal de la división de los poderes, se busca dividir el poder para que no se concentre en una sola autoridad; de acuerdo con algunos filósofos políticos (Montesquieu), solo el poder frena al poder. James Madison concebía a la política como la competición de grupos de interés, por lo cual diseñó un sistema de gobierno en el que los diferentes poderes se frenen entre si, únicamente aquello que tenía la aprobación de dichos grupos, lograría adoptar el carácter de ley. Ahora bien, el poder judicial es el agente más representativo del conservadurismo; para formar parte de este, se deben reunir una serie de requisitos que, por definición, sitúan a los magistrados dentro de la elite social; si a esto le sumamos que el discurso de adjudicación, que maneja el poder judicial, se aleja muchísimo de aquel que antes valorabamos por ser el sucedáneo del discurso moral, entonces no quedamos sino en un decisionismo autoritario. Siguiendo en este orden de ideas, el control judicial de constitucionalidad, o el poder de los jueces de anular una decisión (ley) mayoritaria, siendo que los jueces no son elegidos por el electorado y que sus cargos duran de por vida, es una abierta medida antidemocrática.
Ecuador tampoco es una democracia, así como la mayoría de países latinoamericanos. Digamos que la riqueza de un país está sujeta a las decisiones políticas: en una democracia la repartición del pastel (PBI) está sujeta a las decisiones mayoritarias. Ahora bien, como no asumimos que la gente es irracional – lo que es decir que no asumimos que las personas consientan situaciones en donde ellos son privados de su porción del pastel (es decir, alimentación, vivienda, salud y educación básicas) - entonces, si la mayoría es sistemáticamente privada de aquella porción, deberíamos suponer que ellos son excluidos de la creación de la ley, que el gobierno ecuatoriano (demás gobiernos latinoamericanos) no es democrático.
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