A EE.UU. le conviene renovar las preferencias arancelarias
Washington, DC— El senador republicano Charles Grassley recomendó castigar a Bolivia y Ecuador por el “mal comportamiento” de sus gobiernos, los cuales han basado sus plataformas en atacar las políticas estadounidenses, en particular la comercial(1). Pero a EE.UU. no le conviene jugar el papel del padre estricto castigando a dos niños mal comportados. Peor aún cuando los costos políticos y económicos para EE.UU. de renovar las preferencias arancelarias (ATPDEA, por sus siglas en inglés) son remotamente pequeños.
La política exterior estadounidense de castigar a países mediante sanciones comerciales (Irak) y embargos comerciales (Cuba) ha arrojado poca evidencia para sugerir que es efectiva.(2) Al igual que la intervención militar preventiva, si de algo sirve, ha sido para empeorar la percepción que los ciudadanos de estos países tienen de EE.UU.
En el caso de Cuba, ha servido para que por más de 46 años, Castro le eche la culpa de toda la miseria de la economía cubana al “embargo criminal impuesto por el imperio yanqui”. Si la intención de EE.UU. era lograr acabar con el gobierno castrista o por lo menos forzarlo a devolver la propiedad estadounidense en la isla, pues hoy sabemos que el embargo no funcionó y debería ser eliminado.
Si algunos en EE.UU., como el Senador Grassley y el Senador Baucus, consideran que la manera de lograr que Ecuador y Bolivia cambien su comportamiento es no renovar las preferencias arancelarias, pues deberían repasar el caso del embargo cubano. Aunque no renovar las preferencias no es lo mismo que un embargo comercial, ambas acciones podrían tener los mismos resultados: que gran parte de la población local vea en EE.UU. a la raíz de todos sus males (algo muy útil para gobiernos que no quieren asumir la responsabilidad de sus propios errores).
Un estudio realizado por Manuel Chiriboga del Observatorio de Comercio Exterior en Ecuador estima que si no se renueva el ATPDEA el PIB se disminuirá en un 1,9% anual debido a la reducción de las exportaciones, la inversión se reduciría como mínimo por 90 millones al año y se perderían alrededor de 42.837 (0,66% de la fuerza laboral ecuatoriana) empleos al año dentro del sector agrícola.(3)
Nuestros representantes comerciales deberían decirles a los políticos estadounidenses que esto equivale a que más de un millón de estadounidenses (0,66% de la fuerza laboral estadounidense)(4) de repente se queden sin trabajo.
El ATPDEA ha beneficiado a todos los países involucrados pero ha beneficiado a los países andinos mucho más que a EE.UU. Desde 1991 los países andinos han aumentado sus exportaciones hacia EE.UU. por un factor de 4,5 y las exportaciones estadounidenses hacia la región andina se han triplicado. El Departamento de Labor de EE.UU. ha demostrado consistentemente que las preferencias arancelarias para los países andinos no han constituido una amenaza significativa para los trabajadores estadounidenses.(5)
A pesar de que Bolivia y Ecuador ya no satisfacen varias de los criterios para recibir las preferencias arancelarias —particularmente porque ambos gobiernos parecen respetar poco los derechos de propiedad privada— los pequeños pero reales beneficios que EE.UU. ha recibido gracias a esta reducción unilateral de sus aranceles deberían ser suficientes para conseguir apoyo político para renovar las preferencias.
Cabe recalcar que Ecuador no va a lograr un verdadero desarrollo hasta que abra su mercado al mundo, eliminando así los privilegios mercantilistas que todavía favorecen a un selecto grupo de ecuatorianos a cuestas de todos.
Este artículo fue originalmente publicado en El Universo (Ecuador) el 5 de junio de 2007.
Referencias
1. “Grassley: Ecuador y Bolivia no merecen preferencias arancelarias”. El Universo, 16 de mayo de 2007. Disponible en: http://www.eluniverso.com/2007/05/16/0001/8/B59ECEA3DB274004A0139D511C9425D8.aspx.
2. Pape, Robert. “Why Economic Sanction Do Not Work”. International Security, Otoño de 1997 Vol. 22 (No. 2). Disponible en: http://www.jstor.org/view/01622889/di008160/00p00052/0.
3. “Impacto de la apertura comercial en productos agropecuarios sensibles, efectos de la no renovación del ATPDEA e impacto de una negociación en el tema de propiedad intelectual”. Observatorio de Comercio Exterior, enero de 2007. Manuel Chiriboga dirige esta ONG y realizó este estudio.
4. Cifras de las PEAs obtenidas del World Development Indicators. World Bank.
5. “Third Report to Congress on the Operation of the Andean Trade preference Act as Amended”. La Oficina del Representante Comercial de EE.UU. 30 de abril de 2007. Disponible en: http://www.ustr.gov/assets/Trade_Development/Preference_Programs/ATPA/asset_upload_file215_3783.pdf.
2 Comments:
la canciller Espinosa ya dijo que no renovar el ATPEA puede generar radicalismos.
eso a mi me sonó como "si les parece que este gobierno está muy cercano al de Hugo Chávez, esperen a ver qué hacemos si no nos renuevan el ATPDEA"
Gabriela, cuales son para usted los privilegios mercantilistas que están favoreciendo a un selecto grupo de Ecuatorianos ? su artículo es muy interesante pero me dejó con ganas de leer más su último párrafo.
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