El crecimiento economico si importa
Guayaquil, Ecuador— Desde 1990 hasta el 2004 la pobreza mundial se redujo de 1.247 millones de personas a 969,48 millones (o de 28,66% a 18,09% de la población mundial).1 La mayoría de esas reducciones ocurrieron en China y en la India—países que sostuvieron en los 90s tasas de crecimiento económico con un promedio de 9,4% y 5,6%, respectivamente—demostrándose así que el crecimiento económico si importa.
El Presidente Correa y su Ministro del Litoral suelen decir que el crecimiento económico no es relevante como indicador del desarrollo de un país. Es cierto que el índice de desarrollo humano de las Naciones Unidas explica más acerca de nuestra calidad de vida.2 No obstante, resulta que los países con PIB per cápita más alto suelen ser también los que mejor posicionados están en el índice de desarrollo y los que tienen menos pobreza.
Se dice que el crecimiento económico no es del todo bueno porque amplia la brecha entre los pobres y los ricos. El problema aquí es confundir la desigualdad con la pobreza. Es decir, la desigualdad no implica que haya pobreza ni necesariamente impide que se la elimine. De hecho hay países en los que todos son igualmente pobres y otros en los que todos son desigualmente ricos.
Consideremos a dos países, uno rico pero con mucha desigualdad—Singapur—y uno pobre pero con mucha menos desigualdad—Etiopía. Mientras que Etiopía tiene un ingreso per cápita de $756, un índice de desarrollo que lo coloca en la posición 170 de 177 países y se encuentra en la posición 98 de 102 en el índice de pobreza; Singapur tiene un ingreso per cápita de $28.077, un índice de desarrollo que lo coloca en la posición 25 de 177 países y se encuentra en la posición 7 de 102 del índice de pobreza.3 Si usted fuera uno de los tantos pobres etíopes no dudo que sin pensarlo dos veces usted cambiaría su lugar con el pobre de Singapur. ¿Por qué? Porque en un país con mucha más riqueza, hay menos probabilidad de que usted se quede entre la reducida cantidad de pobres y si es pobre va a gozar de una mejor situación que el pobre de Etiopía debido a las más numerosas oportunidades de creación de riqueza.
Cuando la torta es más grande, nos importa menos si hay unos que comen tres o cuatro pedazos, porque las probabilidades de que todos coman algo de torta se aumentan. Mientras que en Etiopía se ha repartido pobreza, en Singapur se la ha reducido con la creación de riqueza.
En la dogmática búsqueda de la igualdad se puede terminar pasando por alto el crecimiento económico, que como ya ha sido comprobado, reduce la pobreza. Según el Índice de Libertad Económica de los institutos Fraser y Cato, la libertad económica—que este gobierno parece menospreciar—está relacionada con altas tasas de crecimiento, una mejor calidad de vida, mayores libertades civiles y políticas y menos corrupción.4 ¿Por qué no aumentar esa libertad? Pareciera que por la obsesión con la igualdad.
Esta obsesión recuerda lo afirmado por De Tocqueville “Democracia y socialismo nada tienen en común a excepción de una palabra, igualdad. Pero noten la diferencia: mientras la democracia busca igualdad en libertad, el socialismo busca igualdad en restricción y servidumbre”.5
Este artículo fue publicado originalmente en El Universo el 21 de agosto de 2007.
Referencias
1. Chen, Shaohua y Ravallion, Martin, “Absolute Poverty Measures for the Developing World, 1981-2004”. World Bank. Marzo de 2007. Disponible en: http://iresearch.worldbank.org/PovcalNet/Publications/poverty%20measures%20for%20the%20developing%20world.pdf.
2. “Ecuador medirá su crecimiento económico”. El Mercurio. 5 de marzo de 2007. Disponible en: http://www.elmercurio.com.ec/web/titulares.php?seccion=fzuyEtT&codigo=DdKSW27iHN&nuevo_mes=03&nuevo_ano=2007&dias=05¬icias=2007-03-05.
3. Cifras del Reporte de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Disponibles en: http://hdr.undp.org/hdr2006/statistics/data/.
4. Gwartney, James and Lawson, Robert. Economic Freedom of the World 2004. Relación entre libertad económica y las otras libertades e indicadores de desarrollo se encuentra en las páginas 22-27 del PDF disponigle en: http://www.freetheworld.com/2006/1EFW2006ch1.pdf.
5. A. De Tocqueville citado en F.A. Hayek, Individualism and Economic Order. The University of Chicago Press: 1992.
5 Comments:
Sobre pobreza y desigualidad.
Aún cuando no soy un defensor de las políticas de desarrollo que busca implementar el actual régimen (de hecho, soy muy crítico de ellas), siento que debo resaltar ciertos argumentos incompletos e imprecisos que Gabriela Calderón utiliza en su columna del 21 de Agosto de 2007 (así como lo ha hecho en ocasiones anteriores).
La autora dice algo que es cierto: el crecimiento económico es una condición necesaria para reducir la pobreza en un país, como lo muestra la experiencia de la gran mayoría de países de Europa occidental, Estados Unidos, Canadá y el este asiático. También es cierto que desigualdad y pobreza no son lo mismo. Al fin y al cabo, si la persona más pobre de Estados Unidos ganase US$1000 al mes (monto superior al límite de pobreza establecido por este país), no sería malo que existan Bill Gates que ganen millones de dólares al año.
Sin embargo, estos dos conceptos - desigualdad y pobreza - sí van de la mano. Para ello, me refiero nuevamente al caso de los Estados Unidos. Este país, el más rico del mundo en términos absolutos y por habitante, tiene un 12.7% de su población viviendo bajo el límite de pobreza establecido por el Buró de Censos de ese país, es decir, ¡casi 40 millones de personas! Al compararlo con otros países desarrollados, las Naciones Unidas encuentran que un 17% de población estadounidense durante el período 1994-2002 vivía con menos de la mitad del ingreso mediano del país, mientras que el 6.4% de los noruegos, el 6.5% de los suecos, el 5.4% de los finlandeses, y el 8.3% de los alemanes, por poner unos pocos ejemplos, vivían en una situación similar de pobreza. Es bien conocido que estos países (que en general han crecido menos rápido que los Estados Unidos) tienen políticas de redistribución de mayor alcance y más profundas que Estados Unidos.
Debería quedar claro, entonces, que políticas redistributivas que acompañen a la generación de riqueza (producto del crecimiento económico) son necesarias para que (citando a la autora) "las probabilidades de que todos coman algo de torta" aumenten.
Es cierto que la cantidad de pobres ha disminuido en India y China (ayudando a que la cifra mundial de pobres disminuya), pero eso no significa que los pobres de esas naciones no sean más pobres que antes. Argumentar, entonces, que el crecimiento económico es más importante que políticas que ataquen la desigualdad es tan miope como decir que el crecimiento económico no importa para medir la calidad de vida.
Finalmente quisiera decir que el país que la autora usa como ejemplo de crecimiento y riqueza (Singapur), ha sido calificado como una autocracia de un sólo partido donde las últimas elecciones han sido ampliamente disputadas por adversarios y observadores internacionales. Es interesante, e inconsistente, que la autora cite al final de su columna estudios que relacionan libertad con crecimiento y reducciones de pobreza.
Sería interesante y necesario que aclares cuántos de ese 12,7% de la población es estadounidense de 3ra o aunque sea 2da generación. Los que están viviendo debajo de esa línea son todos inmigrantes e hijos de inmigrantes que están forjando su futuro. O pretenderás mudarte a EEUU y a los 2 años ser rico?
Todo cuesta, nada es fácil. Ellos no te regalan dinero, sólo te dan libertad e igualdad para prosperar y ofrecer tu trabajo o producto.
No veo la relevancia de tu pregunta al punto que hago, sin embargo aquí te envío una respuesta, tomada de Buró de Censos, nuevamente. De los 34.5 millones de pobres que había en 2002, apenas 8.5 millones eran de origen hispánico (independientemente de si eran de 1ra, 2da, superior generación). Del resto, 15.5 millones eran blancos y poco menos de 9, afroamericanos.
No me preocupa la desigualdad porque no soy envidioso, me preocupa la pobreza. El problema es que "vende más" hablar de cosas gratis y regaladas por el Estado. Pero si hay algo que la economía ha demostrado es que "no hay nada como un almuerzo gratis". Nada es nunca gratis. La educación y salud "gratuita" le cuestan a alguien (contribuyentes), los subsidios los pagan también ellos, la Seguridad Social la pagan, no únicamente los empleadores como común mente se piensa, sino sobre todo los propios trabajadores. Ya es hora de que el mundo le ponga un alto a esta política de saqueo colectivo y regresemos a la solidaridad verdadera: la individual y no la estatal.
www.cuconeoliberal.blogspot.com
Me parece excelente tu análisis, se pueden distinguir dos tipos de pobreza: la pobreza como propiedad y la pobreza como relación. La pobreza como propiedad es aquella en la que definimos a una persona pobre por sus característas, es decir por la carencia en sus necesidades básicas; de acuerdo con esto, todas aquellas personas que vivan con menos de un dólar diario son pobres como propiedad, se encuentran por debajo de la línea de la pobreza.
La pobreza como relación es el equivalente a la desigualdad, personas como nosotros con acceso a internet, seríamos considerados pobres con respecto a la fortuna de Carlos Slim, no obstante, no padecemos de carencias básicas.
El problema que se presenta es la justificación de la intervención del aparato estatal para superar la pobreza, definitivamente no sería justo que el Estado restrinja la propiedad de terceros para eliminar la pobreza como relación tuya y mía frente a aquella de Slim; pero en un Estado liberal es imperativo, por las características propias del individuo del contrato social (conocimiento y voluntad), que el Estado intervenga en la economía para satisfacer las necesidades básicas: salud, educación, vivienda, trabajo.
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