Libertad y Prosperidad
Según Transparencia Internacional, organización dedicada a estudiar el grado de corrupción, Ecuador aparece en la posición 112 de 145 países evaluados. Sucede que Ecuador está en el grupo de países con el puntaje más bajo, esto es, entre los de mayor grado de corrupción, y, simultáneamente, entre los de menor libertad económica y mayor pobreza.
La libertad económica mejora la calidad de vida de las personas. No obstante, el capitalismo hoy en día es culpado en Latinoamérica de muchos males e interpretado como la idea “sobrevendida” por el gran país del norte, que con tan solo el 5% de la población representa el 20% de la producción del planeta. A este país se le ha atribuido intenciones de mantenernos esclavizados y pobres. Lastimosamente, esta falacia continúa arraigada gracias a los esfuerzos de los “hombres de sistema”, que como lo dijo el economista Austriaco Friedrich Hayek, han concebido “la fatal arrogancia” de creer que la sociedad debe ser organizada como una sola empresa dedicada a conseguir un solo propósito. En efecto, la concepción imperante asume que pueden existir valores sociales independientemente de los valores individuales, frente a lo cual cabe preguntarse: ¿Qué espacio queda para la democracia? La historia continúa dándole la razón a Hayek y a Ludwig von Mises quienes mantenían que “el hombre común es supremo en la economía de libre mercado.”
Aún el índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas (HDI), el cual intenta medir el grado de pobreza, corrobora la teoría de que a mayor libertad económica corresponde un mejor nivel de vida para los seres humanos. Ecuador, no es la excepción de la regla como lo podemos apreciar con sólo examinar la fuerte relación a través de los años entre el aumento de prosperidad y el aumento de libertad económica, como ha sido calculado por el índice de Libertad Económica Global del Fraser Institute, de Canadá (EFW).
Esta relación positiva entre la libertad económica y el desarrollo humano es igual de fuerte cuando se observa el estado de libertades civiles y derechos políticos. Mientras subió el grado de libertad económica de 3.6 en 1970 a 5.6 en el 2002, el status de los derechos políticos y las libertades civiles mejoró considerablemente de 7 y 4 en 1975 a 3 y 3 en el 2004, respectivamente (este índice tiene una escala donde los puntajes más bajos demuestran un mayor grado de derechos políticos y libertades civiles). Los efectos positivos de la libertad económica salen a relucir una vez más.
Entonces, ¿Por qué en Ecuador nos negamos a implementar las reformas que han resultado en mejor calidad de vida para los ciudadanos de países como Chile, Hong Kong, Singapur y Nueva Zelanda? Es importante no perder contacto con la realidad y aceptar que la economía del intervencionismo no ha funcionado aquí en Latinoamérica. Lo cierto es que nunca ha habido un libre mercado en el Ecuador, ya que el estado ha demostrado una particular resistencia a todas las corrientes liberales de las últimas décadas. Entre compinches o mafiosos, erróneamente asociados con un modelo de capitalismo, el estado sigue vivo e incorregible en su manera de dispensar privilegios y ser la fuente de corrupción. Entonces, no es posible culpar de la corrupción y pobreza al inexistente capitalismo o libre mercado. Y finalmente, es importante reconocer que los que están bien tienen un poco más de eso que nos falta a nosotros: libertad.
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