Gabriela Calderon

Un blog para discutir eventos politicos y economicos desde un punto de vista liberal. A blog for the discussion of political and economic events from a classical liberal point of view.

Monday, January 15, 2007

La zonificacion agricola, una torpeza

Guayaquil, Ecuador— Algunos portavoces del gobierno entrante han propuesto utilizar un mapa de zonificación agrícola para influenciar qué cultiva cada agricultor. El Sr. Vallejo, por ejemplo, propone ofrecer créditos y subsidios solamente a aquellos agricultores que cultivan lo que este mapa dice que deberían cultivar en sus tierras.1 Es decir, el Ministerio de Agricultura y Ganadería ayudará solamente a aquellos agricultores que cultivan lo que este Ministerio dispone desde Quito.

Reconozco que el agro ecuatoriano está en problemas. Durante los 70s y 80s nuestros políticos estaban empecinados con la idea de que para obtener el desarrollo había que fomentar la inversión y el desarrollo de las industrias. Lo que no sabían es que al hacerlo desalentaron la inversión y el desarrollo de una porción esencial de la economía ecuatoriana—la agricultura. Hoy, nuestros agricultores están pagando las consecuencias de esas desastrosas políticas dirigistas.2 Aún así, se pretende seguir aplicando recetas fracasadas para mejorarla.

El problema no está en el sector que el gobierno decida respaldar—ya sea la industria en los 70s o la agricultura hoy—sino más bien, en el simple hecho de que el gobierno decida por nosotros y pretenda dirigir nuestras vidas mejor que nosotros. ¿Podría el gobierno estar al tanto de todos los factores que cada uno de nosotros considera antes de tomar una decisión sobre nuestras actividades económicas? Con respecto a la agricultura, ¿acaso pretende el gobierno saber mejor que el Sr. Zambrano de Manabí lo que a él le conviene sembrar en sus tierras?

Es difícil luego de obtener estadísticas nacionales, modelos económicos de simulación y mapas de zonificación agrícola no caer en la tentación de creerse un sabelotodo. No existe un monopolio de información que capacite a una máquina o individuo para tomar decisiones desde Quito acerca de lo que usted debería plantar en sus tierras en Loja para su mejor conveniencia.

En la práctica, un mapa de zonificación agrícola que condicione a quién ayuda el estado resultaría en distorsiones que probablemente perjudicarían al agricultor o a la sociedad en general. Nuestro agricultor necesita ajustarse a las variaciones del mercado nacional e internacional. Por lo tanto, si el mapa antes mencionado determina que el Sr. Zambrano debe cultivar en sus tierras el producto A (el cual actualmente se vende a un precio muy bajo en el mercado internacional) en lugar del producto B (cultivo de mayor valor agregado que actualmente se cotiza mejor), el Sr. Zambrano, quien no tiene financiación propia, se verá obligado a producir lo que el mapa le dicta para así poder conseguir crédito e insumos subsidiados.

Esto lo harán miles de agricultores, quienes en lugar de cultivar lo que mejor se venda o más les convenga por otros factores no considerados, se verán obligados a sembrar lo que el mapa dicta. Y como el mapa no tiene relación alguna con el mercado internacional y doméstico agrícola, puede que terminemos produciendo mucho de lo que no se vende y poco de lo que si.

Un mapa de zonificación no tiene nada de malo si se lo utiliza simplemente como una herramienta de información. Lo que si sería una torpeza es utilizar la zonificación agrícola como un instrumento de planificación centralizada. Esto sería una fatal arrogancia. El Sr. Zambrano, como todos los agricultores ecuatorianos, tiene el derecho y la capacidad de decidir libre y responsablemente lo que le conviene cultivar.

Notas:
1 “Nuevo gobierno implementará una revolución agrícola, Carlos Vallejo” Ecuador Inmediato, 2006 [citado 14/12/06 2006]. Disponible en: http://www.ecuadorinmediato.com/espanol/mostrarnoticia.php?id=10¬iciaid=45214.
2 Ampuero, Enrique. "Los nuevos desafíos de la agricultura ecuatoriana: Investigación y productividad." Ideas de Libertad, no. 74 (2002): 1-32.

¿Que pasa si yo declaro una moratoria a mis acreedores?

El nuevo ministro de Economía, el Sr. Patiño ha dicho que declarará una moratoria al pago de la deuda externa. El nuevo presidente cita entre las razones para hacer esto al respeto de la “soberanía económica”. Yo me pregunto, ¿será que yo también debería declarar una moratoria a mis deudas personales para con mis acreedores, ya sean estos Visa, American Express o CrediTosi?

Como muchas personas (y seguramente como nuestro gobierno central), yo suelo tener la vista más gorda que mi bolsillo. Y es así que en la corta duración de mi independencia económica ya me he encontrado en esa situación tan fastidiosa—el endeudamiento.

Cuando estuve en esa situación yo consideré declararle una moratoria a esas malvadas agencias de crédito que habían osado darme facilidades de compra y financiamiento. Pero un breve análisis de las posibles consecuencias me detuvieron:

- Se me cerrarían las puertas a cualquier otro crédito formal. Para alguien que no sabe administrar la plata, dirían muchos, es mejor que no le sea permitido recibir créditos. Pero ¿qué pasa si el día de mañana tengo una emergencia de vida o muerte y necesito un crédito para no ir a la cárcel o para no morirme de un accidente? ¿Cuanto tiempo tendrá que pasar para que pueda comprar una casa o un carro de contado? Ni hablar del tiempo que tendré que esperar para acumular el capital necesario para iniciar mi propio negocio…
- Pero no importa, pensé, le pido a mi comadre Juanita. Ella siempre me quiere ayudar (o por lo menos siempre y cuando le pague puntual y por eso mejor pensemos en otra fuente de crédito ya que ya sabemos que no soy muy buena pagando).
- No me quedaría otra que pedirle al chulquero del barrio. Ese siempre está listo para prestar, siempre y cuando yo me atenga a las condiciones un poco más medievales que él decida. Si no le pago, dice el “contrato” verbal del chulquero, pagaré tal vez hasta con sangre.

En resumen, me convertiría en persona no grata para las compañías de crédito y para los bancos. A la comadre Juanita probablemente le comience a fastidiar tan pronto le deje de pagar. Y el asunto del chulquero me tiene en ascuas sin dormir todo el día y la noche. ¿Todavía quiero declarar la moratoria?